lunes, 15 de mayo de 2017

Peter Norman, el heroe Fantasma


Cuando hablamos de las Olimpiadas de México 68 se nos viene a la cabeza desempeños y records deportivos memorables como el impresionante salto largo del estadounidense Bob Beamon de 8,90 metros o las 23 nuevas marcas en natación o por que no recordar a Kim Hines quien fue el primer hombre en correr los 100 metros en menos de 10 segundos.

Pero definitivamente lo que más marcó en aquellos juegos fue la presencia del Black Power y todo lo que eso significo no solo en lo deportivo sino también en lo político. La imagen que más marco de aquella presencia fue sin duda cuando Tommie Smith y John Carlos , deportistas estadounidenses y miembros del Black Power, subieron al podio tras quedar primero y tercero respectivamente en la prueba de 200 metros y en señal de protesta se abrieron la casaca, bajaron la cabeza y levantaron el puño cubierto por un guante negro en señal de protesta, pero un detalle que pocos notaron es que en el pecho llevaban un pin que los representaba, pero en ese podio hubieron 3 pines del Black Power.

El tercer pin no lo llevaba ningún integrante del Black Power ni mucho menos un estadounidense, lo llevaba un Australiano, Peter Norman, quien en señal de solidaridad pidió que le alcancen uno de estos pines para colocárselo en el pecho al momento de la premiación.  Pero lo que comenzó como un hecho digno de solidaridad y digno de aplaudir fue el inicio del fin de la carrera deportiva profesional de Peter Norman.
Norman se oponía a la política discriminatoria de Australia, que a pesar de ser revocada en 1968 aun implicaba exclusiones, como que los australianos aborígenes no fueran incluidos en el censo nacional y desventajas económicas a diferencia de la mayoría de australianos blancos, Las autoridades australianas y los medios de comunicación de su país lo condenaron al aislamiento de cualquier beneficio y despojado de sus medallas olímpicas.

En 1971 Norman logro tiempos realmente sorprendentes y que lo hubieran clasificado para las olimpiadas de Múnich 72, pero el equipo olímpico de su país decidió no incluirlo debido a los hechos de las olimpiadas del 68, el fin de su carrera como atleta profesional había terminado, tuvo que volver al amateurismo.

Norman siguió corriendo durante muchos años más, pero en 1985 contrajo gangrena al desgarrarse el tendón de Aquiles mientras entrenaba y estuvo a punto de perder la pierna, eso sumado al no poder conseguir trabajo ya que en Australia era tratado como un traidor y se le negó todo, lo sumergió en una gran depresión y a consumir alcohol en grandes cantidades   .

Norman tuvo, en repetidas ocasiones, la opción de rectificarse de sus acciones y de esta manera recibir el indulto que , entre otras cosas, le permitiría conseguir trabajo, pero el siempre se negó. “Estábamos recibiendo una paliza, Peter se enfrentó a todo un país y lo sufrió en paz” fueron las palabras de John Carlos quien junto a Tommie Smith entablaron una gran amistad con Peter.

A pesar de ser uno de los mejores atletas australianos de la historia tampoco fue considerado parte de la organización  de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 ni invitado a los mismos, el equipo estadounidense al enterarse de la noticia lo invito a formar parte de su grupo y hasta fue invitado a la fiesta de cumpleaños de Michael Johnson, ídolo de Norman.

Un ataque al corazón en 2006 terminaría con la vida de Peter, murió como suelen morir aquellos que hacen las cosas de corazón y sin verse encerrados ni presionados por un gobierno opresor, murió sin el reconocimiento de su país, quienes después de 38 años aún seguían condenando sus acciones.

Pero Tommie Smith y John Carlos siempre lo reconocieron como un amigo y compañero en la lucha para la igualdad y es por eso que no solo asistieron al funeral, sino que también cargaron su cajón como el héroe que fue “Peter fue un soldado solitario. Él eligió conscientemente ser un chivo expiatorio en nombre de los derechos humanos. No hay nadie más que él en Australia que se deba honrar, reconocer y apreciar” dijo John Carlos.

Tuvieron que pasar 6 años de su muerte, 44 desde que subió al podio y apoyo al Black Power, para que en 2012 el parlamento de su país aprueba una moción para pedirle disculpas oficialmente y devolverle sus medallas, como dicen la justicia y reconocimiento tarda pero llega, en algunos casos tarda tanto que se reconoce cuando la persona ya ha muerto.

Peter Norman es sin duda un ejemplo  de valentía que se opuso contra un país entero, su país, para buscar la igualdad entre las personas no solo de su país ni de USA sino que con sus acciones se puso a la desigualdad en el mundo, aunque para muchos es solo aquel atleta blanco que sale en la foto insignia del Black Power.

Han pasado 53 años de aquellas olimpiadas, 53 años desde esa lucha contra la desigualdad y aunque parezca mentira, la cosa no ha cambiado mucho. Si bien es cierto las proporciones han disminuido a comparación con el siglo XX aún queda mucho camino por recorrer y es tiempo de reconocer un poco más lo hecho por Peter Norman y seguir su legado de igualdad y fuerza en las convicciones de cada uno.

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